miércoles, 2 de diciembre de 2015

El cine en el aprendizaje de  los niños

Utilizar el cine en las aulas no se hace por simple juego, ni por entretenimiento, ni tan siquiera como un instrumento didáctico más. El cine tiene el valor en sí mismo de ser trasmisor de dramas humanos. Desde sus inicios, los relatos que cuenta el cine han afectado a generaciones de personas mediante sus argumentos, sus contenidos, sus imágenes y sus ideas. El cine es cultura popular, arte y espectáculo. Las tramas y los temas del cine pueden y deben ser llevados a las aulas como elemento reflexivo y, por ende, orientador de comportamientos. En este artículo se presentan algunas pautas para utilizar el cine en las aulas y se fundamenta su necesidad e importancia en la función orientadora. Se incide en el valor de aprender de los otros, en la importancia del análisis de películas, en la introducción en los grandes temas que trata el cine y en su importancia en la adquisición de la sensibilidad hacia valores expresivos, cognoscitivos y creativos.

«Nosotros hemos dicho mentiras. Usted, medias mentiras. Un hombre que dice mentiras, como yo, tan sólo oculta la verdad. Pero un hombre que dice medias mentiras, no sabe dónde está la verdad» (Claude Rain en Lawrence de Arabia).
«…lo que al cine interesa, mucho más que las realidades que muestra un documental, es un drama humano, algo que le pasa a alguien, con argumento; ficción con los caracteres que tiene forzosamente la vida humana» (Julián Marías).
«Quien controle el cine controlará el medio de influencia más poderoso» (Edison)
«La belleza de tu film no estará en las imágenes sino en lo inefable que ellas desprenderán» (Robert Fresón).

 ¿Qué valores aporta el cine actual a los jóvenes?. ¿Cuáles son los modelos que el cine trasmite a jóvenes y adolescentes?. Estas preguntas me las hicieron hace unos meses en un debate televisado. Es difícil responder a ellas, pues para conocer la repercusión que realmente ejerce el cine sobre la juventud y la adolescencia es necesario, con anterioridad, disponer de información sobre la asistencia al cine de una amplia muestra de jóvenes de diversos niveles y características. En una reunión con jóvenes, hace pocos días, descubrí con sorpresa que, de treinta, solamente siete habían ido al cine alguna vez. No hace mucho, una joven licenciada universitaria, me dijo, en una clase en la que trabajamos con el film El pequeño salvaje, de Trufaos, que era la primera película en blanco y negro que veía. Los datos de primera mano, en mi caso, no son demasiado alentadores.
Tras varias décadas en las que los espectadores, fundamentalmente los jóvenes, dejaron de acudir a las salas cinematográficas, se aprecia en la actualidad un aumento sustancial en las personas que acuden al cine, prioritariamente gente joven. Cierto es que las películas a las que acude la mayor afluencia de espectadores son las de acción, las de terror, aquellas en las que predominan los efectos especiales, o películas de aluvión, como las dos películas de Torrente, que con su humor grosero, desenfadado y violento, caen muy bien a una gran parte de la juventud española. Otras películas, por su repercusión mediática, la fama de sus actores o el afecto que crean en la juventud, llevan a los jóvenes a las salas cinematográficas. Es el caso del film Los Otros, de Amenábar que ha supuesto todo un record de taquilla para una película española.
No podemos dejar de tener en cuenta que las formas de presenciar el cine han cambiado sustancialmente. Antes se veía una película y, tal vez, ya no se volvía a ver. Quedaban los recuerdos, con lo que ello conlleva de poso en el comportamiento, de profundización nostálgica, y por lo tanto de incidencia constante en la conducta. Hoy todo es rápido, vertiginoso, las películas se ven en la pequeña pantalla mientras se realizan otras actividades, el recuerdo es poco duradero, se desestima la reflexión sobre la imagen.
Sin embargo, los modelos humanos que apreciamos, se siguen dando más desde la televisión que en el cine. Es la televisión la que incide realmente en la sociedad, la que con mayor fuerza aporta cultura y costumbres, creando movimientos de opinión y de comportamiento. Fenómenos como los de Operación Triunfo, o Gran Hermano, son característicos del negocio televisivo. En cuanto al cine, nuestros jóvenes se pegan más a las series de televisión ya sea nacional o norteamericana que a una película, que no deja de ser un espectáculo pasajero. Es la televisión, donde los jóvenes ven el cine, la que realmente integra y desintegra los valores culturales, la que repercute en la vida ciudadana y la que, por ende, incide en los cambios culturales. Alrededor de la televisión se crean además modelos familiares de comportamiento, pues tanto le sirve a un joven de modelo humano el protagonista o la protagonista de una serie juvenil como ver a su padre todo el día pegado al televisor, adicto al fútbol o dominando el zapping.
El cine, para que incida de alguna forma en la cultura juvenil, y por tanto sea vehículo o cauce de reflexión para la trasmisión o crítica de los valores, debe ser trabajado independientemente de la parrilla televisiva. Bien sea llevando a los jóvenes al cine, a la sala cinematográfica, o mediante el vídeo, una forma más eficaz ya que permite reunir grupos, analizar los films y trabajar sobre sus contenidos.
Las preguntas con las que iniciaba este artículo podrían enunciarse resumidas en estas: ¿qué se puede hacer para que los jóvenes aprendan a ver cine? ¿cómo analizar el cine para que la juventud se inicie en el debate crítico sobre comportamientos y conductas que están presentes en el cine?.
Analizar las películas
El cine es un medio de comunicación y por tanto es necesario interpretar sus resultados para descubrir qué es lo que nos quiere comunicar. Una película se compone de millones de elementos diferentes que en su conjunto, forman una narración con posibilidad de múltiples y variados comentarios y reflexiones. Como todo relato, una película utiliza técnicas que hay que conocer, descubrir e interpretar para que los mensajes lleguen a nosotros de la forma más parecida a como pretenden quienes han realizado la película.
Una película no basta con verla. Hay que analizarla con ojo crítico con el fin de sacarle todo el partido posible, para comprenderla mejor y valorar el cine como contador de historias, como transmisor de valores y como portador de artede conocimientos.
En el cine, además, se dan muchas y muy características formas de contar las historias. La mayoría de ellas tienen que ver tanto con el argumento como con la manera de situar los planos, de mover la cámara y de utilizar el sonido. Analizar la actuación de los protagonistas y muchos otros factores, que no solamente indican cuál es el mensaje de la película o de cada secuencia, nos enseñan a ver cine. Cuando se ve una película con elementos de juicio se le encuentra mayor sentido.
No cabe la menor duda de que con una película en las aulas pueden realizarse multitud de actividades. La película puede utilizarse como medio de iniciación al lenguaje en general y al lenguaje cinematográfico en particular. Si los alumnos ya están familiarizados con ello, lo que se puede hacer es leer, estudiar e interpretar la película y, si es posible, investigar sobre su entorno, sus características principales y llevar la película a situaciones didácticas relacionadas con otros conocimientos.


 La tv en el aprendizaje de los niño


Debo decir, para empezar, que el tiempo que puede ver la tele un niño pequeño debe ser limitado y adecuado a cada edad. Y que no debe substituir a las actividades de juego y experiencia que los niños necesitan para su correcto desarrollo psicológico y corporal.
La televisión, en exceso, puede tener efectos perjudiciales en el desarrollo de los niños y siempre hay que tener presente que lo que necesitan es la atención de un adulto que les acompañe en sus emociones y descubrimientos.
Sin embargo si hemos decidido tener televisión en casa y dejar que los niños la vean, seguro que podemos sacarle provecho como elemento de diversión y de educación. En el mundo de las nuevas tecnologías podemos aprovecharlas para sacar lo mejor de ellas y la tele es también una ventana al mundo y un elemento que, bien utilizado, nos sirve para ampliar su educación.
Consejos indispensables para ver la tele con los niños es que siempre un adulto vea la televisión con ellos, evitar usarla como niñera, seleccionar los programas con cuidado, usar preferentemente vídeos para no exponerlos a la publicidad o contenidos inadecuados y nunca poner la tele en el cuarto infantil.
No deberíamos tener la televisión puesta de fondo si no estamos programando un rato para verla y deberíamos, sobre todo, evitar que esté encendida con los niños en casa, pues muchos contenidos son inadecuados para ellos. Sobre todo, no poner telediarios, programas de debate o entretenimiento adultos y películas con violencia. Pero cuidado, en cualquier momento, si la tenemos puesta incluso en horario infantil, pueden verse expuestos a anuncios o tráiler que no deberían ver. Por tanto, si usamos la tele, siempre elegir los programas y preferir los videos siempre que sea posible.

El Nintendo en el aprendizaje de los niños
  

videojuegos han adquirido un papel importante en el entretenimiento de millones de niños. Muchos son los especialistas de la salud que advierten sobre los efectos negativos de pasar largas horas sentados frente a la pantalla del ordenador, aislados de la realidad. Sin embargo, los videojuegos también pueden ayudar a los niños en su desarrollo intelectual y emocional. En elbebe.com queremos advertir a los padres sobre sus posibles peligros, pero también consideramos importante destacar algunos de sus beneficios.
Los padres nos preguntamos si no sería mejor que le compráramos a nuestro hijo juguetestradicionales, libros, manualidades… con el fin de evitar que el niño esté todo el día sentado frente a una pantalla.
No obstante vivimos en un mundo cada vez más virtual, marcado por el uso de las nuevas tecnologías. Y nuestros hijos deberían aprender a desenvolverse y a manejarse en este nuevo escenario.
En este artículo sobre los videojuegos para niños:
Riesgos de los videojuegos para los niños
Se ha hablado mucho de los riesgos y los efectos negativos de los videojuegos sobre el desarrollo de los niños. Hasta el punto de que, uno de los entretenimientos favoritos de muchos niños, ha llegado a verse como una amenaza para su salud. Esto da lugar a muchas dudas en los padres: queremos que nuestros hijos se diviertan, pero no poner en riesgo su salud.
Entre los principales riesgos de los videojuegos para los niños hay que destacar dos: 
1. El sedentarismo
Los niños pasan cada vez más tiempo sentados frente a la pantalla del ordenador. Esto hace que muchos de ellos tengan hábitos de vida cada vez más sedentarios. El sedentarismo es uno de los factores que propician la aparición de la obesidad, un problema fácil de prevenir con unas pautas sencillas, como hacer algo de ejercicio, pero difícil de atajar una vez que aparece.
2. El aislamiento social
Los humanos somos seres sociales por naturaleza. Necesitamos relacionarnos con los otros para asegurar nuestra supervivencia. Los videojuegos nos aíslan del mundo exterior y nos atrapan en una realidad virtual. Los niños cada vez juegan menos con sus homólogos en el parque. El entretenimiento es cada vez más individual, pero mucho más virtual. 
En definitiva, no es necesario prohibir a los niños que jueguen con videojuegos. Para evitar estas situaciones, basta con limitar las horas de juego (ej. no más de una hora) o apuntarles a alguna actividad extraescolar deportiva, como fútbol o vóleibol. Así, además de hacer ejercicio, conocerán a otros niños y aprenderán los valores del juego en equipo.
¿Cuál es el papel de la tecnología en el aprendizaje infantil?
Un número creciente de expertos en educación y aprendizaje insiste, desde hace algún tiempo, en la necesidad de introducir las nuevas tecnologías en las aulas, desde primaria hasta el fin de la escolarización. Y algunas voces se atreven incluso a hablar de los beneficios de los videojuegos para el desarrollo intelectual y emocional de los niños.
Una de estas voces es la de Marc Prensky, especialista en educación y aprendizaje, volcado desde hace años en explicar que los métodos educativos tradicionales (libros de texto, clases magistrales, deberes para casa… etc.) no se adecuan a las necesidades ni a la forma de entender el mundo de los niños de hoy.
En la actualidad hay muchos niños mal diagnosticados de déficit de atención. Prensky afirma que, detrás de algunos diagnósticos precipitados de TDA (Trastorno por Déficit de Atención) no hay más que un niño que “simplemente, no estaba escuchando”.
La falta de atención de algunos niños en la escuela podría deberse a que los métodos educativos empleados consiguen desmotivar a los niños, a quienes les resultan quizá demasiado ajenos, como si fueran de otra época.
Beneficios de los videojuegos para los niños
Los videojuegos permiten a los niños correr riesgos cuyas consecuencias sólo se dejan notar en el juego. De modo que se acostumbran, sin exponerse a un peligro real, a tomar decisiones difíciles de manera rápida y a resolver problemas en situaciones de tensión.
Todo ello les prepara para convertirse en el futuro en mejores profesionales. Esto es uno de los aspectos positivos para el desarrollo intelectual y emocional de  los niño, que ha señalado recientemente Prensky.
Hoy en día, padres y profesores expresan su preocupación por la falta de hábito de lectura de sus hijos y alumnos. Los videojuegos de hoy se parecen mucho más a los libros de lo que los padres creemos. Aunque en el videojuego, la historia de desarrolla conforme el jugador va superando las pantallas, comprometiéndole hasta el desenlace, como en los libros.
La diferencia entre los videojuegos y los libros es que mientras el lector permanece pasivo, en el videojuego se trata de La diferencia entre los videojuegos y los libros es que mientras el lector permanece pasivo, en el videojuego se trata de resolver problemas, superar pruebas… en definitiva: actuar.
Por eso, otro de los beneficios de los videojuegos para los niños es que, jugando, los niños aprenden a perder antes que a ganar y a no frustrarse si quieren lograr sus objetivos.
Los videojuegos enseñan a los niños a ser tenaces.




La computadora en el aprendizaje de los niños 

Al igual que sucede con la televisión, los ordenadores en sí mismos no tienen efectos positivos o negativos. Todo depende de cómo se utilicen. Pueden tener consecuencias muy serias si los niños los emplean como sustituto de las relaciones e interacción social, o si malgastan el tiempo recopilando información sobre temas poco adecuados. Sin embargo, también pueden ser muy beneficiosos cuando se utilizan como herramienta para aprender, crear o investigar, especialmente si se hace en colaboración de otras personas.
Como se acaba de comentar, y a pesar de que los ordenadores tienen importantes limitaciones, sirven para estimular gran variedad de habilidades cognitivas en los más pequeños (a través de la interacción del niño con distintos sonidos y elementos gráficos, de la manipulación del ratón, de la experimentación de relaciones causa-efecto inmediatas…), y en los que no lo son tanto. Por eso, hoy nos vamos a centrar en los beneficios que tiene su uso, tanto a nivel académico como social. En el próximo post describiremos los principales problemas derivados de su empleo y haremos referencia a algunos de los aspectos que más preocupan a los padres en lo que respecta a Internet.
Por el importante papel que los aparatos tecnológicos tienen en nuestra vida, trabajar y desarrollar la competencia digital de los alumnos se encuentra entre los principales objetivos de los docentes. Además, numerosos estudios han demostrado que el uso en el aula de determinados softwares educativos, o programas de instrucción asistida por ordenador, tiene considerables ventajas para el rendimiento académico de los alumnos. No solo se ha demostrado que pueden servir para mejorar las habilidades matemáticas, lingüísticas, comunicativas e incluso de organización de los niños, sino que también tienen un importante efecto motivador en el aprendizaje. Los alumnos disfrutan y se involucran más cuando los profesores utilizan ordenadores, o cualquier otro dispositivo tecnológico, tanto para enseñar nuevos conceptos, como para practicar los ya aprendidos (ver Shaffer y Kipp, 2010 para una revisión).
No obstante, utilizar el ordenador (o pizarra digital, tabletas…) en el aula debe significar algo más que modificar el canal de transmisión de la información. No se debe perder de vista que los niños son aprendices activos, que elaboran e interaccionan con los contenidos y materiales que les ofrecemos. En este sentido, una opción con implicaciones muy positivas es enseñar a los niños programación. Con ello se favorece el desarrollo del pensamiento lógico-matemático, pero también la capacidad de hacer deducciones e inferencias, de reflexionar sobre las propias decisiones, la motivación o la sensación de auto-eficacia.
El uso del ordenador también ofrece la posibilidad de acceder a todo tipo de recursos gracias a Internet. La conexión a Internet hace posible que cualquier estudiante pueda llegar instantáneamente a grandes bancos de información, lo que minimiza las diferencias de acceso a la cultura. También se ha demostrado que los niños se divierten buscando información de su interés en la red. El sentido lúdico que tiene para ellos esta búsqueda, acompañado del hecho de dedicar tiempo a la lectura de los datos o textos recopilados, hace aumentar las puntuaciones de los niños en pruebas de comprensión lectora, lo que repercute positivamente en su rendimiento académico (ver Shaffer y Kipp, 2010).
Más allá del ámbito académico, el uso de los ordenadores también puede tener importantes beneficios a nivel social. Solemos pensar que el empleo del ordenador es una actividad solitaria, sin embargo, no tiene por qué ser así. De hecho, el ordenador se presta perfectamente a la realización de actividades creativas y colaborativas. Es habitual encontrar a los niños pequeños interactuando con los elementos que ven en la pantalla, imitando los movimientos de los personajes, respondiendo a sus preguntas u obedeciendo las instrucciones que les dan. Además, cualquier actividad con el ordenador se vuelve mucho más rica si se complementa con materiales manipulativos, para que los niños puedan utilizar todos los sentidos. En el caso de los niños mayores o adolescentes, diversos estudios han comprobado que la comunicación online con los amigos ayuda a fortalecer las relaciones de amistad. No obstante, son varios los peligros asociados al mal uso de las redes sociales en Internet. De esto hablaremos en el próximo post.

de conocimientos.
En el cine, además, se dan muchas y muy características formas de contar las historias. La mayoría de ellas tienen que ver tanto con el argumento como con la manera de situar los planos, de mover la cámara y de utilizar el sonido. Analizar la actuación de los protagonistas y muchos otros factores, que no solamente indican cuál es el mensaje de la película o de cada secuencia, nos enseñan a ver cine. Cuando se ve una película con elementos de juicio se le encuentra mayor sentido.
No cabe la menor duda de que con una película en las aulas pueden realizarse multitud de actividades. La película puede utilizarse como medio de iniciación al lenguaje en general y al lenguaje cinematográfico en par